Se han realizado estudios para comprobar la efectividad de la práctica de Qi Gong en relación a la conservación de la salud y la longevidad (Posadzki, 2010), en el tratamiento de trastornos psicológicos (Abbott & Lavretsky, 2013), control del dolor (Wang et al., 2014), manejo del estrés (Griffith et al., 2008), en tratamientos para el manejo de la ansiedad (Wang et al., 2014) y depresión (Oh, Mi, Inamori, Rosenthal, & Yeung, 2013), con resultados significativos.
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